En los rincones trabajamos...

Rincón de matemática: juegos con dados, tangram, palitos, chapitas, etc



Rincón de lenguaje: Jugamos con las letras.













Rincón de Dramatizaciones
Disfraces, muñecos, juguetes.
Rincón Construcciones
Corchos, encastres, diversos juguetes que permitan al niño la estimulación de su creatividad, su coordinación óculo – manual, etc.

Rincón de Lectura y Escritura
Cuentos, recetas, revistas, adivinanzas, guías telefónicas, folletos, canciones, poemas, nombres, tijeras, lápices, gomas, cascola, revistas para recortar, abecedario.


Rincón de Madurez Intelectual y Motora
Figuras, números, dados, puzzles, maderitas, chapitas, juego de encastre, etc.

Rincón de Artes Visuales
Témperas, marcadores, palillos, tijeras, pinceles, plasticina, distintos soportes, lápices de colores, papeles diversos, crayones, caballetes, etc.

Rincón de Informática
Computadoras, radiograbador, etc.


Planificación


13:00 a 14:00

Desarrollo:

Luego del encuentro inicial los niños deciden a qué rincón van a ir.
Se dividen en los distintos rincones que cuentan con señalizaciones para identificarlos.
Comienza el juego - trabajo.
Cuentan con la guía y la atención continua de la maestra.
Se trabaja todas las áreas.










Hábitos:

13:40 – Ordenan todos los rincones.
13:50 – Socializamos: Muestran sus producciones y cuentan lo que hicieron.
14:00 – Termina el juego - trabajo en rincones.

Son rincones móviles, dinámicos, se modifican según las necesidades.










Fundamentación
Los rincones son unos espacios delimitados de la clase donde los niños, individualmente o en pe­queños grupos, realizan simultáneamente diver­sas actividades de aprendizaje.
El planteamiento del trabajo por rincones responde a la necesidad de establecer estrategias organiza­tivas a fin de responder a las diferencias, intereses y ritmos de aprendizaje de cada niño o niña.
Esta organización implica una determinada forma de entender la relación enseñanza-aprendizaje. El aprendizaje ha de ser significativo y funcional.
El niño ha de participar activamente en la construc­ción de su aprendizaje y adquirir un mayor prota­gonismo. El maestro ha de facilitarle el acceso al conocimiento, favoreciendo la interacción con el objeto de aprendizaje y con los propios compañe­ros, potenciando el diálogo entre iguales.
El maestro ha de conocer el proceso de aprendi­zaje de sus alumnos y adecuar el tipo y grado de ayuda que ha de ofrecer a cada uno de ellos.
La relación personalizada del maestro con el niño facilitará la comunicación y permitirá que aumen­te la autovaloración del niño, incrementando la confianza y seguridad en sí mismo.
También favorece la autonomía del niño, le ayuda a ser más responsable, con el material y en el trabajo, y le exige y crea la necesidad de un or­den. El niño o niña aprende a organizarse, a pla­nificar su trabajo, a saber qué quiere aprender y qué camino puede utilizar para conseguirlo.
Facilita el seguimiento individual y constante, por parte del maestro, de los progresos y dificultades del niño y la observación de las estrategias que emplea para alcanzar los objetivos propuestos.
De esta manera, el maestro cuenta con suficien­tes elementos para, si es necesario, intervenir en el momento y con el tipo de ayuda que considere más conveniente.
Organizar la clase por rincones implica una distri­bución que haga posible el trabajo de pequeños grupos, que, simultáneamente, realicen diferen­tes actividades.
Es importante que cada rincón tenga un espacio fijo, bien delimitado y fácil de identificar, por un ró­tulo o distintivo.
El horario puede cambiarse en función de la or­ganización de la actividad en el aula, pero es re­comendable que se mantenga un horario fijo para que los niños y niñas se acostumbren (antes o después del recreo, a primera hora de la tarde.
La duración de las sesiones estará en función de la edad de los niños y niñas, y puede oscilar en­tre media hora y una hora y media. Es convenien­te que la periodicidad sea diaria.
La cantidad de rincones puede establecerse en función de los objetivos educativos, del número de niños y niñas del aula, del espacio, del material disponible o de la necesidad de intervención de la maestra en cada rincón. No hay que olvidar que a cada rincón tienen que poder acudir de dos a cinco niños o niñas, y que siempre ha de haber cuatro o cinco espacios más que niños en el aula, a fin de facilitar una elección de rincón no condicionada. Cinco o seis rincones es un número adecuado: lenguaje, matemática, observación y experimenta­ción, plástica y grafismo, música, percepción, bi­blioteca, ordenador... Algunos serán fijos y otros temporales, en función del interés de los niños, de la necesidad de compartir determinados materiales entre diversas clases, de la programación... Hay que compaginar rincones que puedan funcionar de manera muy autónoma con otros que requieran más la presencia de la maestra.
En cada rincón tiene que haber cinco o seis propuestas con diferentes actividades y ma­teriales para cada una, según el tipo de propues­ta.
En cada rincón tiene que haber, simultáneamente, actividades para realizar individualmente, en pareja y en pequeño grupo. Para atender a la diversidad del alumnado se recomienda proponer distintos ti­pos de actividades: de expresión oral, de expre­sión escrita, de manipulación... El materia] manipulable estará presentable y será resistente.
Antes de dejarlas en su rincón, todas las actividades son presentadas a los niños; no obstante, es necesario que el material que contiene las mismas (ca­jas, carpetas, bandejas...) sea sugerente y explícito, para que los niños recuerden qué tienen que hacer.
Para un mejor funcionamiento, es conveniente que en cada rincón el número de actividades sea mayor que el de niños que acuden, para que una vez aca­bada una, la dejen encima de la mesa e inicien otra, hasta que la maestra pase y la evalúen conjunta­mente.
Tanto puede establecerse que los niños no puedan cambiar de rincón en toda la sesión, como que pue­dan hacerlo una vez que, al menos, hayan realiza­do una actividad del rincón elegido en primer lugar.
Además de las normas generales de funcionamien­to, cada rincón puede tener unas específicas: lavarse las manos, silencio, limpieza del material... que los ni­ños y niñas han de ir incorporando paulatinamente.
Al preparar el material de los distintos rincones, hay que tener en cuenta el nivel de cada niño (evaluación inicial), para asegurar que encontrará las actividades adecuadas; que le permitirán avanzar en un aprendizaje significativo. Esta eva­luación vendrá dada por las 'observaciones reali­zadas y registradas en otras actividades de la clase y por la propia actividad de los niños duran­te los primeros días de trabajo en los rincones.

Objetivos para los diferentes rincones:





Dramatizaciones:
Asumir roles.
Adquirir mayor capacidad para simbolizar.
Elaborar situaciones.
Revivir situaciones placenteras.





Madurez Intelectual y Motora:
Estructurar e incorporar a través del ejercicio constante y progresivo que implica el uso de material específico las nociones de: objeto, espacio, tiempo, causalidad, esquema corporal, clase y número.
Coordinación óculo – manual.
La tensión y relajación de los pequeños músculos.





Artes Visuales
Conectarse con los materiales del collage, el dibujo, del modelo y la pintura.
Expresarse libremente a través de las técnicas gráfico – plásticas.
Combinar técnicas y/o materiales.
Aprender cuál es el uso correcto de los elementos de trabajo.





Lectura y Escritura:
Disfrutar del contacto con el material.
Desarrollar la imaginación.
Desarrollar el lenguaje oral y escrito.
Aprender el primer código de lectura: la imagen gráfica.
Acercarse a la Literatura (mediante la intervención adulta).





Construcciones:
Manejar mejor el espacio concreto.
Adquirir mayor capacidad para simbolizar.
Ejercitar la atención y la relajación de los músculos que intervienen para tomar y prender.





Informática:
Utilizar en forma consciente las herramientas tecnológicas del aula y de la institución.
compartir ideas y conocimientos previos en el uso de la computadora.
Integrar nuevas tecnologías de acuerdo a la nueva organización del Jardín en un trabajo por áreas.





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